- Debes hacerlo - murmure. Hasta entonces siempre había creído que la tendencia a desmayarse de las mujeres del siglo dieciocho se debía a los corsés apretados. Pero no, se debía a la estupidez de los hombres de aquel siglo.
Libro 2 - Atrapada en el tiempo de Diana Gabaldón
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